Ansiedad y baja autoestima: ¿tienen alguna relación?

Ansiedad y baja autoestima: ¿tienen alguna relación?

Este artículo fue redactado y avalado por la psicóloga Valeria Sabater

Ansiedad y baja autoestima tienen una relación que incide de manera directa en otras dimensiones, como el estado de ánimo o los proyectos en los que nos embarcamos. Así, un hecho común es limitarnos a hacer uso de determinadas técnicas para gestionar el estrés y los trastornos de ansiedad, pasando por alto un detonante muy concreto. Tras esa angustia, tras esa inquietud y sintomatología adversa, habita una mente acostumbrada a sabotearse a sí misma.




Señalaba el psicoterapeuta cognitivo Albert Ellis con gran acierto que una de las causas más comunes de la ansiedad es la autoexigencia. La mente ansiosa siempre tiene miedo a no llegar, a fallar, a mostrar falibilidad o imperfección. Ahora bien, en este proceso en el cual se acumulan tantas angustias por no cumplir, es fácil derivar poco a poco en la idea de que si no alcanzamos determinadas metas es porque no podemos o no las merecemos.

Tras la ansiedad se encuentra en muchos casos la indefensión. Esto es algo a tener presente, porque cuando la visión que tenemos de nosotros mismos se va fracturando, por esas vetas entran los miedos, las inseguridades y la incapacidad para manejar la propia vida.

«Nada puede detener a la persona con la actitud mental correcta de lograr su objetivo; nada en la tierra puede ayudar a la persona e con la actitud mental equivocada».

-Thomas Jefferson-

Ansiedad y baja autoestima, las causas que explican esta relación

Bastaría con hacer un pequeño sondeo para descubrir cuántas personas que lidian con un trastorno de ansiedad, lo hacen también con el peso de la baja autoestima.

El exceso de frases que se inician del mismo modo ‘no puedo controlar mi ansiedad’, ‘no tengo habilidades para hacer frente a esto’, ‘mejor evito hacer esto porque no vale la pena y seguro que sale mal‘, ‘no me gusta mi físico, no me gusta eso otro de mí», etc. El segundo aspecto llamativo con el que nos encontraríamos sería el siguiente. Muchas personas acaban usando la ansiedad como escudo para no lidiar con el problema original: la baja autoestima.




Así, es común que realicen comentarios o razonamientos como el siguiente: no me presento a esa entrevista de trabajo porque la ansiedad no me va a dejar. No quedo con esa persona que me gusta porque al final mi ansiedad lo estropeará todo. En estos casos, no son conscientes de que la raíz original de la propia ansiedad y de esos pensamientos es la inseguridad y la baja autoestima.

El eterno miedo al rechazo

Un potenciador de la buena autoestima es sin duda haber contado con una crianza adecuada. Disfrutar de un apego positivo con los progenitores, sentirse seguro y amado es un nutriente esencial. Todo ello genera sin duda tener también una visión positiva de uno mismo y, de ese modo, vamos construyendo una identidad y autoconcepto fuertes y saludables.

Ahora bien, cuando esto falla casi todo acaba desmoronando. Haber pasado una infancia complicada e incluso haber sufrido bullying origina a menudo ese eterno miedo al rechazo. Esa angustia, el temor a ser rechazados nuevamente en cualquier momento (ya sea a nivel afectivo, laboral, etc.) acaba dando forma a los posteriores trastornos de ansiedad.

La relación entre la baja autoestima y el perfeccionismo

En la Universidad de Curtin, en Australia, se llevó a cabo un interesante estudio. En él, la doctora Sarah Egan demostró que hay una relación significativa entre el perfeccionismo, la ansiedad y la baja autoestima. Es más, en los trastornos de alimentación suele verse bastante este vínculo.

Ansiedad y baja autoestima se reflejan a menudo en esa necesidad nuestra por mostrar eficacia y perfección en cada cosa que hacemos. No obstante, al poco aparecen las dudas y la inseguridad, así como ese autoboicoteo de quien se pone en duda a sí mismo y a lo hecho con gran esfuerzo.

La mente que solo se centra en el lado negativo de las cosas

La mente es cautiva a menudo de ese enfoque cognitivo y emocional por donde rara vez entra la luz, el coraje o el optimismo. Es esa visión de túnel donde no se atisba más perspectiva que el fatalismo o el fracaso. Tras esa visión personal se halla la semilla de la baja autoestima, un germen que cohabita durante años en nosotros y que poco a poco va edificando la cárcel de la ansiedad.

Valeria Sabater




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‘Bullying’ en secundarias pone en riesgo aprendizaje: OCDE

La violencia y el acoso escolar, conocido como bullying, que se genera entre estudiantes de secundaria en México, tales como intimidación agresión física y verbal, robo, vandalismo y ausentismo, impiden el correcto desarrollo de aprendizaje, de acuerdo al Estudio Internacional sobre la Enseñanza y el Aprendizaje 2013 (Talis, por sus siglas en inglés), que realiza la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

El informe indica que nuestro país tiene el porcentaje más alto, entre las 33 naciones que son evaluadas, de maestros que reportan que por lo menos una vez a la semana sus estudiantes sufren daño físico causado por otros estudiantes, con un porcentaje de 10. 8 por ciento, casi cinco veces más que la media de 2.3 por ciento.

Sobre los casos de robo y vandalismo, alcanzan 13.2 por ciento, arriba de Brasil y Malasia con 11.8 y 10. 8 por ciento de forma respectiva, además casi el 30 por cinto de los docentes en México calcula que existe intimidación o aviso verbal entre alumnos, en este rubro Brasil, Suecia y Flandes superan este personaje.




Las intimidaciones con abuso verbal, generan un riesgo para el ambiente de enseñanza en las escuelas, destacó el jefe de la División de Innovación y Medición del Progreso del organismo, Dirk van Damme. También señaló que considerando algunos factores de los evaluados, México  va a aparecer en el lugar más alto, por lo que enfatizó que con los resultados obtenidos no se puede determinar una clasificación de violencia escolar por país.

En el estudio resalta que las prácticas de los profesores pueden afectar también el ambiente escolar, ya que México con el 20 por ciento, tiene el nivel más alto en cuanto a reportes de directores que indican la ausencia de los docentes por lo menos una vez a la semana, cuando la media es de 4.7 por ciento.

El 72 por ciento de los educadores no tienen acceso a programas formales de inducción y 60 por ciento no posee algún apoyo de mentoría en sus instituciones.




Según el informe, casi la mitad de los profesores de secundaria trabaja en escuelas con 30 por ciento o un porcentaje mayor de estudiantes que provienen de hogares desfavorecidos.

Asimismo, detalla que México es uno de los países donde un mayor porcentaje de maestros de secundaria tiene preparación académica menor a la universitaria, equivalente a 9 por ciento.

(Con información de La Jornada y Notimex)







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